Que no existe un Planeta B todos y todas lo conocemos. En los últimos años la sociedad ha hecho un giro en esta cuestión, concienciándose sobre la conservación del medio ambiente. Los recursos del planeta son limitados y es nuestra responsabilidad hacer un uso adecuado y coherente para no agotarlos. Tenemos que encontrar el equilibrio para vivir y dejar vivir durante muchos años a la que hoy es nuestra casa: la Tierra.
¿Creéis que los juguetes ecológicos y sostenibles contribuyen a su protección? La respuesta es afirmativa. Sí, claro que sí.
De entrada, hay que saber que desde el año 2019 la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes · AEFJ premia la sostenibilidad. Tanto es así que desde entonces muchas empresas dedicadas a la fabricación de juguetes se han puesto las pilas para conseguir un juguete que transmita y fomente valores, pero que además tenga un firme compromiso para hacer un mundo más sostenible.
A nivel de curiosidad, apostando por la fabricación de juguetes sostenibles se consigue la reducción de altas emisiones de CO₂ que incrementan a niveles desorbitados la temperatura de nuestro planeta y contribuyen a su calentamiento global y a su destrucción. La sociedad es la encargada de adoptar todas las medidas posibles para salvar la vida (literalmente). Y la decisión de los fabricantes de juguetes no deja de ser una acción más que se suma al deseo de un mundo más verde y respetuoso con el medio ambiente.
¿Qué es un juguete sostenible?
Un juguete sostenible es aquel elaborado con materiales lo más naturales posible o bien, reciclados.
¿Qué conseguimos comprando juguetes sostenibles?
Estamos contribuyendo a la conservación de nuestro entorno, reduciendo la contaminación de manera significativa. Además, estamos transmitiendo a los más pequeños la importancia de velar por nuestro planeta. Y en este sentido, conviene destacar que A JOC LENT mantenemos un firme compromiso con la consecución de un entorno más sostenible.
Si pensamos en cómo se divierten los niños y niñas hoy en día, podemos pensar en caras delante de múltiples pantallas. No podemos negar que la tecnología se ha impuesto en nuestra vida ni obviarla porque también tiene muchos beneficios. Ahora bien, ciertamente esta nueva forma de interaccionar con el mundo ha hecho que muchos padres y madres discrepen de estas novedades y echen de menos juguetes tradicionales como los de los últimos siglos. Por ejemplo: piezas Lego de madera o sencillos lápices de colores para dibujar. Estos solo son dos ejemplos que acercan lo natural a los niños y niñas.
No tenemos que apartar la tecnología, pero tampoco olvidemos la posibilidad de una diversión tradicional, natural y ecológica que multiplica los beneficios para nosotros y el entorno en el que vivimos. Además, divertirse desde muy pequeño con juguetes sostenibles es una extraordinaria manera de hacer que los niños disfruten del presente, pero con la idea de pensar en el futuro. Les estamos inculcando un deber y valores sin decírselo.
Ciertamente, un mundo sostenible no puede pensarse sin nuestros niñ@s.
Y tú, ¿a qué estás esperando?
Siempre, #AJocLent